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En Cucumber disfrutamos con la comida y la bebida.
Cuando compramos la ternera de WagyÅ« para el sando y las berenjenas japonesas para bañarlas en chimichurri.
Cuando loncheamos finito el Chicharrón gaditano y lo tomamos con una copa de Palo Cortado.
Disfrutamos cuando el cliente comprende que el Cheong liew ha sido cocinado durante muchas horas y le sabe a gloria.
Nos gusta el guiso de lentejas tanto como la Lumpia de Gambón y nuestra Kukugilda y las Croquetas de dos bacalaos y las de la bisabuela más que ninguna.
Esa es la razón por la que podemos comunicarnos esencialmente.
CUCUMBER es sencillo, es asequible y es un pepino. Y además es el nombre de mi gato.
Poco más.
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